“Alcalá no será igual cuando se vayan los peregrinos de Argentina y México”
Antonio José Guerra es uno de los párrocos más jóvenes de Alcalá. En pocos años, el camero ha sabido ganarse el corazón de sus feligreses de San Agustín, pero ha sido durante la organización de todo lo concerniente a las Jornadas Mundiales de la Juventud cuando ha hecho que este cariño se extienda por el resto de parroquias, y por todos los jóvenes que han trabajado con él codo con codo para que los ‘Días en la Diócesis’ y la marcha a Madrid salieran tal y como han salido, a la perfección. A continuación analizamos con él la relación actual de la juventud con la Iglesia.
-JMJ: ¿Cómo has visto de implicada a la juventud alcalareña en estos actos previos a la JMJ?, ya que a veces parece que ésta peca de no volcarse al máximo con todo lo que organiza la Iglesia alcalareña.
-Antonio Guerra: En primer lugar quiero decir que sorprendido gratamente, no me esperaba la respuesta gratuita que han dado los jóvenes de Alcalá. Han trabajado a destajo, han sudado, todo con alegría, es más creo que habéis descubierto lo que es la alegría de servir. Y aunque no me esperaba una respuesta tan grandiosa, sí tenía la certeza de que no me iba a defraudar.
-JMJ: ¿Ves a los jóvenes ilusionados con las próximas Jornadas Mundiales de la Juventud?
-A.G.: Sí, esto arranca de cuando vino la Cruz en marzo y eso ya supuso un revulsivo, pero es un revulsivo porque no es normal que en Alcalá se hayan conseguido que alrededor de 115 jóvenes vayan a Madrid, es un logro para todo un pueblo. A partir de ahí había que preparar la acogida de estos jóvenes de México y Argentina, algo que comenzamos con mucha dificultad, costó trabajo porque al principio estaba la cosa muy fria. Conforme nos hemos ido acercando, los jóvenes se han ido entusiasmando, y con ellos se entusiasman los amigos, además, que eso lo hemos visto aquí con los acogidos, que hay responsables y colaboradores que no irán a Madrid pero que están trabajando como si fueran a ir.
-JMJ: ¿Tiene la Iglesia un mensaje adecuado a la juventud para conseguir atraer a los jóvenes?
-A. G.: La Iglesia tiene el mensaje que tiene que tener; lo importante es dar con la clave para que el joven lo entienda, el mensaje es el mismo. ¿Qué va a dar la Iglesia?, pues Cristo, ¿cómo hacer atractivo a Cristo?, pues ahí está la dificultad, el saber dar con la clave, y con la juventud es muy complicado. Pero yo estoy totalmente convencido de que con esta preparación vamos a dar con la clave para contagiar a los jóvenes, y es que los mismos jóvenes deben tomar el partido de las cosas, porque si esto ha tenido éxito es porque muchos jóvenes han dicho “esto lo preparamos nosotros”, y tengo muy claro que los jóvenes siguen a los jóvenes, y aunque haya curas como yo, más jóvenes que otros, soy mayor para vosotros. Por ejemplo, Pablo, de la Parroquia de Santiago, que él tiene 22 años ha conseguido con su voz que todos sigáis las órdenes para que saliera todo a la perfección. Mirad las acreditaciones que lleváis, esto ha salido del grupo de jóvenes responsables, la voz cantante la han llevado ellos y ahí está una de las claves para que esto saliera perfectamente, yo únicamente he estado acompañándolos
-JMJ: Aun así la imagen del sacerdote sigue siendo importante para conseguir transmitir el mensaje de Cristo…
-A. G: Hombre, eso hay que tenerlo muy claro. Considero que nosotros, los curas, tenemos que ser el acompañamiento que os guíe, que te diga “esto es por aquí y esto por allí”. La juventud puede tener la motivación y las ganas necesarias, pero si no tiene acompañamiento se puede cansar y morir sus ganas, por eso la figura del sacerdote es fundamental.
-JMJ: Y en general, no sólo en estas actividades de la JMJ, ¿cómo ves a la juventud alcalareña en su implicación con la Iglesia?
-A.G: Estamos en una tierra donde la realidad de las hermandades es grande, entonces es más fácil encontrar jóvenes vinculados a la realidad de las cofradías o reunidos en torno a los pasos… eso es lo más fácil de encontrar, pero los jóvenes que estén vinculados a lo que es la vida propia de la Iglesia como son la catequesis, los sacramentos o la Eucaristía es más difícil, entonces transmitir que la misa no es sólo importante sino que es el deber del cristiano, cuesta trabajo, reconozco que ahí hay un fallo. Los jóvenes ven que las misas son de viejos, sin embargo cuando hay un paso en la calle o la vida propia de la hermandad tiene más tirón, y hay que hacer un esfuerzo para hacer que la juventud cofrade de Alcalá también se sienta Iglesia, ya que Iglesia somos todos.
Espero que la JMJ les sirva para ver la grandeza de la Iglesia y se sientan más vinculados a ella. Esto será un revulsivo radical, tengo muy claro que Alcalá no será igual cuando se vayan las chicas argentinas y el grupo de mexicanos, del mismo modo que nosotros no seremos igual cuando volvamos de Madrid, ya que habrá jóvenes que habrán vivido una experiencia de Dios con gente de otros países y van a confirmar su fe junto a la Iglesia universal. Lo más grande será ver que el mismo Cristo se predica aquí que en Singapur.
-JMJ: Entonces, y a colación de la respuesta anterior, ¿son las hermandades el mejor método para atraer a la juventud a la Iglesia?
-A.G.: Es un método más, es verdad que es el que cuenta con más medios aquí en Andalucía para contactar con gente y atraer a gente. Vemos que hay mucha gente que a la Iglesia no vienen, y sin embargo a la hermandad van casi sin llamarles, o bien por la belleza de las imágenes, o por la propia “vidilla” de los actos cofrades. Pero que es un método más, y la idea correcta debería ser hacerle ver a esos jóvenes que las hermandades nacen en la parroquia y no son un cortijo independiente. Si despojamos a las hermandades del valor de la fe, éstas se quedan en lo meramente humano. En Alcalá las hermandades son un semillero de cristianos, por tanto, hay que seguir apostando por ellas.
-Hemos podido comprobar que las chicas argentinas tienen unas convicciones muy arraigadas y la doctrina se sigue al pie de la letra, entonces en este sentido, ¿ha visto mucha diferencia de compromiso entre la juventud de Argentina y México respecto a los alcalareños?
-A.G: No podemos olvidar que el grupo de Argentina viene de un colegio religioso marcado y dirigidos por Vírgenes Consagradas, entonces han cultivado todo lo que es la práctica religiosa desde hace mucho tiempo. Esto es como a los niños que los llevas a misa desde que nacen, cuando crecen lo ven muy normal, entonces, si con seis años se saben las oraciones, ahora con 20, se la saben al dedillo. Tienen todas una uniformidad en los actos en la Iglesia, saben que lo que hay que hacer al entrar en una Iglesia es ir a visitar al Santísimo, saben que hay que arrodillarse a la hora de consagrar, y esto en Alcalá no lo vemos, nuestros jóvenes no tienen esa consideración de la importancia de ciertos gestos.
Esto nos puede servir como acicate para descubrir el gusto por esto, ya que cuando ves a un grupo de chavalas jóvenes rezar todas a la vez, teniendo una espiritualidad e interioridad que no vemos tanto por aquí, así que nos puede servir como revulsivo el tener esa envidia sana por esas costumbres.
Aun así yo estoy convencido que también vosotros tenéis unos valores que quizás les falten o no los tengan tan señalados. Por tanto, lo que debemos hacer es copiar lo bueno de ellas y quedarnos con lo mejor que tenemos nosotros. Cada pueblo tiene su recorrido, su propia historia, y a partir de ahí debe de ir creciendo.
-Por último se quedará para la posteridad la alternativa torera que tuviste en la capea del viernes, y que fue uno de los momentos más divertidos de la noche, ¿te atreviste o fue una obligación?
-A.G.: (Risas) La verdad es que me apetecía, no lo puedo negar. Pero el cura de la Inmaculada, Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, fue quien me metió en el compromiso con el dueño de la vaquilla, Antonio, quien me lo explicó todo, entonces no iba a decir que no. Eso sí, aviso que creo que habrá una próxima.