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La procesión del Rosario de Santiago, de más a más

Han pasado los días y aún muchos, especial y lógicamente los de la casa, saborean con deleite todo cuanto aconteció el pasado domingo en torno a Nuestra Señora del Rosario en su procesión por las calles de Alcalá.

La suerte se busca, se lucha, se trabaja y, después de todo, se tiene. Digamos que la Agrupación Parroquial de la Divina Misericordia cumple todas esas premisas, y más, para tener la suerte necesaria como para hacer un cambio en el horario de la procesión y acertar, a la primera, de lleno. No se equivoquen, no es casualidad, es causalidad.

La procesión salía de Santiago media hora antes respecto a años anteriores. Este adelanto se notó más que favorablemente al final de la procesión, cuando el público en otros octubres se retiraba -no hay que dejar de recordar que se trata de la noche de un domingo-, en esta ocasión aguantó hasta el final de la procesión.

Lo de la nueva marcha, ‘Rosario de Santiago’, obra de Jesús Navarro, tampoco es fruto del azar. Como se suele decir, para recoger hay que sembrar, y es más que palpable las de semillas plantadas -siempre entre buenas hierbas y terreno fecundo- por los jóvenes de la agrupación. La composición musical va como anillo al dedo al estilo de la cofradía, tanto para la procesión de octubre como para un hipotético paso de palio con la Virgen de la Trinidad en la noche del Sábado Santo. Sueñen, que en este rincón, estos se cumplen.

Espartanos de escudo elegante

Probablemente muchos se rasguen las vestiduras al ver escrito el término «espartano» por aquí, y más para referirme a una cuadrilla de costaleros, pero es que se merecen ser llamados como a ellos les gusta. Despojados del qué dirán, la cuadrilla sustenta en la actualidad una rama importante de la corporación, no solo en lo material, en el propio hecho de sacar un paso, sino en otros ámbitos más profundos. Véase como ejemplo el cómo han sabido propagar el cariño y la devoción a una Virgen de la que pocos tenían constancia hace una década y que hoy no es que la hagan suya, sino también de sus familias. Desde Coracha hasta José Lafita, a ellos les gusta coger su escudo de gala y pasear como pocos saben, derrochando elegancia al son de las campanitas y de una Banda Municipal que le ha cogido rápidamente el pulso al estilo de la cofradía; ambos laten a la vez.

No solo de pan vive el hombre

¿Saben por qué había una presencia tan nutrida de pequeños monaguillos en el cortejo? Para conocer de dónde venían varios de esos niños pregunten a las familias atendidas por Cáritas en Santiago, y con un estrecho vínculo con la Agrupación para saber de dónde provienen. Otro semillero de espontaneidad y germen de un cariño sincero hacia lo divino a través de lo humano, porque no solo de pan vive el hombre, sino de amor, constancia y entrega.

La decoración, el amor más bonito

Y sin duda, el ejemplo más palpable de cómo sigue calando y filtrándose la Virgen entre los feligreses es el hecho de ver cómo se adornaron ciertas calles del recorrido. Desde vecinos haciendo flores de papeles, a otros que derraman su amor en forma de pétalo o los que, a horas intempestivas de la noche, ofrecen cualquier ayuda para pulir los últimos detalles de la procesión.

Es difícil, y quizás redundante, focalizar cada año la crónica en cómo sigue creciendo la procesión o en las virtudes de estas maravillosas tardes de octubre, pero es que, de momento, estos jóvenes cofrades siguen sabiendo, y muy bien, lo que hacen. Si creen que todo es exagerado, disfruten de los últimos calores del año junto a ellos, ya me darán la razón.

>Galería fotográfica de la procesión de Miguel Ángel Márquez

>Galería fotográfica de la procesión, de José Antonio García