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La procesión del Rosario de Santiago, clasicismo en lo novísimo

Es digna de estudio la evolución de la procesión del Rosario de Santiago desde que saliera por primera vez sobre el paso de la Custodia de la Hermandad Jesús en 2006. En estos seis años han sido muchos los elementos materiales los que han ido mejorándose: paso propio con unos candelabros más que dignos y con personalidad, pareja de angelitos de bella factura, la magnífica cruz de guía que vio la luz el pasado Sábado Santo o la recién estrenada toca decimonónica para la Virgen. Pero no son esos los elementos en los que se ve la evolución de una cofradía o, al menos, no sólo son esos.

La cofradía de Santiago ha conseguido asentarse en su concepción de procesión de gloria, aunque bien es cierto que ésta ha pasado por distintas etapas en su evolución. Desde una procesión más folclore y un tipo de cofrade al que no estamos acostumbrados en Alcalá, a la idea actual de la procesión: una procesión gloriosa pero clásica en su idea, con un repertorio a la medida -para muchos demasiado rancio- y con el amor desinteresado y espontáneo de las vecinas que comparten el barrio con la Virgen del Rosario los 365 días del año.

No han hecho falta grandes ecuaciones matemáticas para descubrir la clave. Gustará más o gustará menos, pero sí es una clave personal, única y sopesada. Del recorrido por las calles íntimas de la feligresía de Santiago ya está todo escrito. La revirá en Isidoro Díaz a los sones de ‘Valle de Sevilla’ podría ser el primer ejemplo de lo que se hace con buen gusto. El segundo, la revirá hacia Coracha con ‘Reina de San Román’, una vuelta que al igual que la de Pescadería a Alcalá y Orti con la Banda de Alcalá tocando ‘La Madrugá’, cada vez acoge a más gente. Vueltas eternas, con mimo, arañando esa famosa pesetita que tanto anhelan los buenos capataces y que siempren llevan en el bolsillo unos costaleros que no se quedan atrás en calidad y calidez, que también sobra en estos ‘espartanos’.

Probablemente lo que la cofradía ha ganado con el paso de los años ha sido una mayor presencia de público en la primera parte del recorrido, hasta Pescadería el público se agolpa en las aceras y entre el cortejo, haciendo difícil el andar de la cofradía. A partir de Alcalá y Orti, y en especial una vez pasada la calle Santa Clara, la mayor parte de los cofrades, o del público que sale a ver pasos, se retira y son los menos los que disfrutan del regreso por José Lafita o Sánchez Perrier, calle en otrora más jubilosa, llena de pétalos y cohetes, muestras de cariño que este año han sido repartidas durante todo el recorrido, no quedando tan centradas en un único punto.

>Galería fotográfica de la procesión – F.J. Baños

Vídeo de la revirá en Isidoro Díaz a los sones de ‘Valle de Sevilla’