La Divina Pastora, la historia y su primera procesión en la calle
El 1 de octubre de 2016 será uno de esos días en los que los miembros de la Asociación Parroquial de la Divina Pastora señalen en rojo, para toda la vida. Esa tarde fue la primera en la que su Madre procesionaba por primera vez por las calles de una feligresía que se hace grande y va más allá de unos límites abarcables por los agentes parroquiales existentes hasta hace unos años. Y de ahí su procesión por los barrios de la Concepción y los Panaderos -o los comunmente conocidos como Santa Lucía y la Feria-, para evangelizar una zona lejana de San Agustín.
Y así fue, a las seis y media, no con pocos nervios y ni menos trabajo, salió la Virgen desde su capilla. Lo hizo con una parte enterrada en el monte silvestre que hacía las veces de risco y con los costaleros de rodillas, todo para salvar la baja altura del dintel de la capilla. En ese momento comenzaba una procesión de cinco horas de procesión en la que se volvió a demostrar la importancia de las imágenes para evangelizar, ¿o no es lo que se hace con una procesión?