Crónica del Quinario en honor de Jesús Sacramentado en la Adoración Nocturna
A lo largo de esta semana la Antigua y Franciscana Sección de Alcalá de la Venerable Archicofradía de la Adoración Nocturna Española al Santísimo Sacramento viene celebrando un Quinario en honor y gloria de Jesús Sacramentado. Cada día, en la Iglesia conventual de Santa Clara, los adoradores y fieles asistentes, vienen participando de la Eucaristía y disfrutando de las bellas y profundas homilías del Reverendo Padre Manuel Ángel Cano Muñoz, Trinitario, coadjutor de la Parroquia de Santiago el Mayor. También es un gozo escuchar los cantos de las Hermanas Clarisas.
Cada día se viene aplicando la misa por un adorador nocturno de la Sección de Alcalá de Guadaíra de la Adoración Nocturna Española que se distinguió en vida por su amor a Cristo Eucaristía y la promoción de la devoción al Santísimo Sacramento. El lunes se aplicó la misa por D. David Villalba Sánchez, el martes por D. Valeriano Sanabria Ordóñez, el miércoles por D. Fernando del Trigo Núñez y hoy jueves se aplicará por las almas de D. Antonio Bono Hartillo y D. Luis Calvo Carrera
Tras la misa, cada día el Padre Manuel Ángel, procede a la exposición del Santísimo, realizándose Estación Mayor a Jesús Sacramentado, se lee de rodillas y pausadamente la oración de presentación de adoradores. Finalmente, el sacerdote imparte la Bendición con Su Divina Majestad y procede a la Reserva del Santísimo.
La Sagrada Cátedra se está distinguiendo por homilías con alto contenido teológico, de contenido profundo y a la vez sencillo, sin duda influido por el Espíritu Santo. A continuación se transcribe íntegramente el contenido de la homilía de ayer, miércoles 17 de junio, tras la lectura del santo evangelio según san Mateo (6, 1-6. 16-18).
Queridos hermanos este es el evangelio que debe llegar al fondo de nuestra existencia. Esa figura que Jesucristo anuncia, que es nada menos que la figura de su Padre.
Qué contento predica el Señor, con qué seguridad predica Jesucristo cuando habla de su Padre. Se le cambia la cara, cambia el modo de ser, hasta él mismo se desahoga hablando de su Padre. Y dice que siempre su Padre está en lo escondido. En lo escondido no porque no quiera ser visto, sino porque sepamos nosotros que siempre está a nuestro lado.
A mí lo que más me impresiona en la relación de Jesucristo con el Padre es que nos comunique Jesucristo la experiencia que tiene con su Padre. Yo pienso que Jesucristo podía verlo, pero para ser más semejante a nosotros no lo veía. Y por eso dice: “está en lo escondido”. Que Jesucristo me enseñe a mí cómo debo dirigirme a su Padre, que es cómo se dirigía él a su Padre. Que me diga que entre en mi cuarto y cierre la puerta, que me diga que con la puerta cerrada y un cuarto pequeño yo puedo dirigirme al Padre con la certeza que me está escuchando. Que yo puedo dirigirme a Dios Padre, que no necesita ser visto por mí, sino que yo tengo la certeza de que él está a mi espalda; y que no lo veo porque me he puesto delante de él, y que él sigue escondido porque está detrás de mí, y que yo puedo hablarle de todas mis faltas y debilidades, que puedo contarle todas mis penas y tristezas, que no se va a avergonzar de lo que le diga, que yo se lo puedo decir como hijo verdadero que soy y me siento; que él lo único que va a hacer es abrazarme y decirme: “Descansa, ya no te preocupes más. No le des vueltas a las cosas que has hecho mal. Mira hacia arriba, mira hacia adelante, pon tus ojos en mí.” Que todos podemos tener esta experiencia, porque es una oración personal, porque luego está la oración comunitaria. Pero que en la oración personal todos tengamos la seguridad de que estamos hablando con él: esto se lo debemos a Jesús.
Este modo de comportarse el Padre con nosotros, es el modo de comportarse el Padre con Jesucristo. Por eso dice: “vosotros, cuando queráis hablar con mi Padre, iros a lo escondido, cerrad vuestra puerta, cerrad vuestro cuarto, tomad concepto de presencia, convenceros que el Padre está allí.”
También nos dio las palabras que le agradaban a su Padre, para rezar en comunidad y dijo: “cuando queráis rezar a mi Padre, decidle: Padre nuestro que estás en los Cielos…” Y todos los pensamientos que en torno al Padrenuestro nos comunica Jesús, son los pensamientos que surgen de la comunidad y que al Padre le agrada que sus hijos le dirijan. Pero esto de encontrar el Padre en lo escondido, es el descubrimiento profundo de lo que vive Jesús en su vida íntima, personal, con el Padre. Porque también ha dicho: “cuando hagas limosna, compórtate como a mi Padre le agrada”. No vayas tocando por ahí la campanilla: “¡Eh, que he dado cincuenta euros! ¡Pues ya lo has perdido! Ya has perdido todo lo que has hecho. Cuando tú quieras dar limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha, disimúlalo, como quien no ha dado nada, como quien no se entera. “Esa limosna agrada a mi Padre”. Y cuando recéis no seáis como los hipócritas que van por las plazas pidiendo que le saquen una foto rezando el Padrenuestro. No, no seáis así, sed humildes, sencillos, porque no tenéis de qué presumir. El que reza no tiene de qué presumir. Al Padre no le cae bien que presumamos ante nuestros hermanos y menos ante él; ante él no tiene nadie motivos para presumir. Y cuando ayunéis, que sea en silencio. No seáis como los hipócritas, que cambian la cara para que les digan: “Uy, qué malito estás. No has comido hoy”. Alégrate, perfúmate, que aquí no ha pasado nada. Que el esfuerzo que haces lo note tu Padre y nadie más.
Qué modo tan sencillo, tan simple, tan sincero, de Jesucristo para comportarse entre nosotros y con su Padre. Se lo sabía Jesús de memoria. Él no preparó ese discurso, él contaba su vida. Contaba su vida, como la vivía. Por eso, cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos. De lo contrario ya tenéis la recompensa. Por lo tanto, cuando hagáis limosna, no vayáis tocando la trompeta delante de la gente y tantas otras cosas y todas las actitudes que en la vida tenemos entre nosotros, que sean humildes, sencillas, silenciosas, calladas y profundas.
Para ello, queridos hermanos, si me salgo del Evangelio, hay que contar con el Espíritu Santo. Siempre recurro a él, porque él, el Espíritu Santo, es el que nos ayuda a cumplir todo esto que nos está diciendo Cristo. Porque vosotros diréis, ¿cómo cumplimos esto? Somos débiles, es propio del hombre brillar de ese modo. Pues escuchad:
Me quedé muy pensativo
pensando que yo quería
grabar tantas cosas bellas
donde sólo las estrellas
tienen la dicha de estar.
Quería y siempre he querido
dejar en mi pecho escrito
sólo palabras de vida,
palabras que no poseo
porque nunca fueron mías,
que tampoco las entiendo
pero ansío conocer.
El Espíritu es el dueño
él sabe muy bien hacerlo
y cuando quiere me inspira
o me deja en el vacío
cuando no quiere que diga
palabras que él no ha dicho.
Lo noto yo y lo nota
el que atento me ha escuchado.
Cuando llamo al Espíritu
siempre viene a socorrerme
siempre está atento, solícito
pero le gusta llegar
cuando ya estoy trabajando,
cuando comencé a hablar
entonces llega el Maestro
que pone en mis palabras
y también en mis acentos
lo que su corazón quiere
que comunique a mi pueblo.
Bendita hoja que alberga
en su seno tal riqueza,
no importa que estés gastada
ni rota o deteriorada,
el mensaje es lo que vale
y lo llevas en tu cara.
Claro que si el contenido
concierta con el continente
no sólo luce la frente
que es la fachada exterior.
El fondo es quien luce más,
la forma es necesaria
el fondo imprescindible;
forma y fondo son un cuerpo
que deben ir a la par.
Cuando el vino es vino viejo
vino añejo o de solera
se lleva en una vasija
de alabastro o de piedra
translúcida y elegante,
hace que el vino parezca
mucho más bueno y más fiel
sea de aguja o pitarra
la forma el fondo resalta
lo enriquece y lo hace bueno.
Hoy que todas las palabras
se cuestionan y confunden
todas se ven desde el prisma
que es la idea que presume
de tener el que las juzga.
Hoy que todo ha de estar
estudiado y meditado
y a pesar de estar así
seguro que te equivocas
hay que llamar al Espíritu.
Ven Espíritu Divino
pon en mi mente y mi boca
lo que quieras decir tú
eso es lo que a mí me importa.
Tú sabes medir el tiempo
la altura y profundidad,
el espacio, la intensidad,
la inteligencia del que habla
pero es más importante
la situación del que escucha
por eso te pido firme
que hables por mí, Señor,
y digas lo que ha de oír
el hombre que vive hoy,
si vida se puede llamar,
a este triste caminar
del hombre que se ha empeñado
en decir que tú no estás
y no te siente a su lado.
Contigo Señor yo vivo
contigo quiero vivir
no me dejes nunca solo
que no puedo estar sin ti.
Hoy, a las 19:30 horas, ocupará la Sagrada Cátedra el Padre Manuel María Roldán Roses, Párroco de Santiago el Mayor. El sábado también a las 19:30 se celebrará la Función Principal de Instituto, ocupando la Sagrada Cátedra nuevamente el Padre Manuel Ángel. Posteriormente se realizará una Procesión Claustral con Su Divina Majestad bajo palio, finalizando con la Bendición y Reserva del Santísimo.