Carreras por calle Mairena… – La crónica 2013
Este año me estrenaba en varias cuadrillas de costaleros. Todo empieza en vísperas por la capital, y transcurre con mayor normalidad en la estación de penitencia. Todo apuntaba maneras para una semana grandiosa y difrutando como sabemos rezar los de las trabajaderas.
Un Domingo de Ramos que el sol hacía hincapie en los balcones de un barrio donde verían un nuevo cielo verde para su madre de la Oliva. Todo pinta mucho mejor que el año anterior, incluso desde la capilla salesiana teniamos visita de un compañero de costal en la explanada de San Agustín.
La tarde seguía sobre ruedas, se abrirían las puertas de San Agustín, todo transcurre con normalidad pero los nervios siguen estando presentes. Al salir el Señor nos metemos debajo, la espera de dos duros años había llegado a su fin, la reina estrenaba paraiso de mallas en oro y verde tisú.
Algo se me pasó por la cabeza cuando la banda, tras varias chicotás seguíamos a tambor, y el suelo estaba más húmedo pero no quise darle importancia. Y sin más los mandos desde los capataces fueron al contrario de lo habitual: “Izquierda alante derecha atrás”. Las lágrimas aparecieron por la desolación de que se rompía un dia que parecia perfecto.
Tras varias horas de esperar de nervios de desolación la hermandad sorprende a muchos con volverse a poner ala calle con gran parte del tramo horario perdido, Candelería encendida, y vuelvo a hacer otra salida más.
Al llegar al centro. en mi relevo veo como misteriosamente, tras la banda hay una candeleria a lo que me apresuro a preguntar: ¿qué pasa? y me dicen “El Rosario, el Rosario está detrás nuestra”. Una calle Mairena maldita para mí, con un andar bastante ligero y abierto. Así hago por primera vez en esta semana la calle Mairena, con paso ligero.
El Miércoles Santo me estreno con el palio de la Esperanza cuando deciden salir, en la calle Mairena vuelvo a tener mi relevo y vuelvo a ir paso ligero. Otra vez por la calle Mairena. Un estreno amargo con este paso de palio y más prisas por la calle Mairena…
Llegó la noche, llegaron los nervios y todo pintaba que el viernes de madrugá si podria ser el dia completo. Tras muchos nervios, la hermandad salió para subir al Calvario, pero en San Sebastián ocurrieron cosas insólitas. Jesús en una casa hermandad, San Juan con el Señor del Soberano, y yo volvía aa estar más cerca de nuevo de la calle Mairena bajo un palio. Y sí, volvió a ocurrir, calle Mairena con prisas, zancada abierta de nuevo y por tercera vez consecutiva calle Mairena con prisas.
Una petalá donde no correspondia, unas lágrimas de desolación donde no deberían caer, pero ¡si aún no era de dia!, era lo que mi cabeza me decía mientras acompañaba ami Señora del Socorro.
Una Semana Santa de varios Estrenos y de una calle muy amarga, tanto como las carreras por la Calle Mairena…
Amaro Rodríguez Ferrete
Costalero de Nuestra Señora de la Oliva, Nuestra Señora de la Esperanza y María Santísima del Socorro