Alejandro Redondo ofreció un pregón profundo, muy cofrade y dirigido a todos
Alejandro Redondo demostró ayer en el Teatro Riberas del Guadaíra que es posible hacer un pregón cargado de dotes de “alcalareñismo”, con profundidad, escrito desde el interior de la Semana Santa, desde lo que ve alguien que se ha formado en el seno de las cofradías y que no ha sido un mero espectador.
Una vez que la Asociación Musical Nuestra Señora del Águila interpretó la marcha ‘Cristo del Perdón’, David Rivera, diputado de Formación y Juventud del Consejo, presentó al pregonero con un texto sencillo, conciso y claro. Tras comenzar con una oración de San Francisco de Asís, el presentador recorrió la vida y obra de Alejandro, quien más tarde lo definiría como un buen amigo, luchador de la amistad.
Suenan los últimos compases de ‘La Madrugá’ de Abel Moreno y el pregonero marca el compás del tambor con el pie sobre la tarima del escenario y con las manos que sujetan las pastas de su texto. Poco queda para comenzar, y aún sin concluir la marcha, Alejandro abre el cierre que encierra su humilde pregón.
Tras cambiar el elegante vaso de cristal por un tradicional jarrillo de lata, todo comienza con una oración a la Virgen de las Angustias, seguida del pasaje de la Creación, que termina con la creación de un lugar privilegiado en la que el albero era el más fiel reflejo del oro, en el que los Alcores se convertirían en una orografía aterciopelada, y que terminaría convirtiendo a esta Alcalá de los panaderos, de los molinos o de Santa María del Águila Coronada en un paraíso terrenal.
Tras esta introducción, llegaría el texto del pregón propiamente dicho. Alejandro no imprimió a su pregón el típico orden, no tabulado pero si establecido, en el que todas las hermandades alcalareñas son mencionadas según el día en el que realizan la estación de penitencia. Este pregonero ha conseguido alterar este orden alternando los versos a cada imagen, sin una cronología establecida.
De esta manera, tras su introducción y tras los agradecimientos al Consejo por designarlo como pregonero, a sus amigos y a su mujer y su hija, y después de dedicar el pregón a aquellos de alma pura e inocente cuyo único anhelo en la vida es ser más feliz –en referencia posiblemente a la labor social llevada a cabo por la Hermandad del Perdón en su XXV Aniversario fundacional y que lo hizo tratar con niños con deficiencias físicas-. Después de todo ello, comenzó preguntándose si todo está preparado en nuestras cofradías; si la propia Semana Santa estaba preparada para la llegada de unos días inolvidables, si las papeletas de sitio, las bizcotelas del ‘Confi’, la luz para entrar a través del palio de la Virgen del Rosario, o si Julio –el acólito que responde siempre con un “sí” a portar una infinidad de cruces parroquiales de nuestras hermandades- también estaba preparado.
Alejandro no se ha olvidado de aquellos ‘pseudocofrades’, según el pregonero, que, por un lado usan las nuevas tecnologías como los foros de Internet para criticar y dañar a nuestras cofradías, o, por otro, a los que se sirven de su puesto en una hermandad para el reconocimiento propio, grupos que para él no tuvieron una correcta formación cofrade.
A través de la amistad, San Juan Evangelista tendría todo un pasaje dedicado, en sus distintas formas y tallas que pueblan nuestra Semana Santa, desde el de la Borriquita y hasta el que acompaña en la Soledad de María el Viernes Santo.
San Juan Evangelista,
ser tu amigo yo quisiera,
para estar siempre contigo.
No sé si con palma en la mano,
o recostado en un olivo.
Yo quisiera estar contigo
y acompañarte muy cerca,
junto a la Madre Amargura
o en su Soledad despierta.
Quiero acompañarte siempre en las largas madrugadas,
en las noches de capillas
o salidas extraordinarias.
San Juan de Alcalá tú eres,
Joya, amistad, alabanza.
El que no abandona nunca,
por no perder la estanza.
Muchas caras aquí tienes,
aunqe son siempre la misma.
Como amigo, la amistad,
como emblema tu carisma,
eres dulzura del martes,
del domingo doble alegría,
eres consuelo de jueves
y del viernes la agonía.
Eres parte y carreritas de la eterna madrugada,
eres consuelo nocturno de la Reina de la mañana.
Eres el amigo fiel, eterno, el que no falta a la cita.
Eres San juan de Alcalá y de todos, Evangelista.
Las agrupaciones y asociaciones parroquiales de la ciudad también tuvieron su sitio, especialmente la Agrupación Parroquial de la Divina Misericordia, a la que el pregonero se refirió en varias ocasiones, aunque tampoco se olvidó de los integrantes de la Asociación del Cristo de San Miguel. 
A la Hermandad del Soberano Poder, la cofradía del barrio que le vio nacer, se refirió a través del orgullo que sentía al haber visto el nacimiento de la Hermandad, o de lo que llegó a merecer la pena verlo en primera persona. De la Virgen de la Caridad tampoco se olvidó y la mencionó al hablar de la labor de la cofradía.
Curiosamente, una imagen de Sevilla también tendría sus versos dedicados en el pregón alcalareño, en concreto el Señor de las Penas de San Roque, hermano de Jesús de Alcalá, del que el pregonero aseguró estar prendido, teniendo la obligación de ir en su búsqueda en cada tarde del Domingo de Ramos. Pero esto no restará importancia a los versos dedicados al Nazareno de Santiago, a quien el pregonero definió como “la Gloria misma”.
Pero si algo hubiera que destacar en concreto del pregón, nos debemos trasladar al final del mismo para encontrar dos momentos de especial emoción y que recibieron las dos ovaciones más largas. A poco de llegar a su conclusión, Alejandro comenzó a contar la historia de una niña que nació con graves problemas de salud. Después de días ingresada y cuando la delicada operación de la pequeña se acercaba, los médicos descubrieron una milagrosa recuperación, de la noche al día.
“Sé a quién darle las gracias, a la dueña de un pañuelo, un pañuelo que ha significado la vía de la esperanza, la dueña de ese canal directo con la Fe, da nombre y apellidos a una localidad. Su cara, bellísima, es reflejo de devoción a la Madre de Dios, todos suena a ti en un barrio identificado contigo. Tus posesiones, tienen de especial el ser devoción, canal y creencia de la Madre entre las Madres. Los sueños se desvanecen, la alegría se transforma, la vida no nos concede sólo luz, también sombras.
Tú nos sirves de consuelo,
nos arropas, nos motivas
Tú nos recuerdas al cielo,
siempre Virgen de la Oliva”
Por último, los versos dedicados a la Virgen de las Angustias y que pusieron a buena parte del patio de butacas en pie, en el que el pregonero se deshizo en elogios a la Santísima Virgen de las Angustias, a quien para él es la Madre verdadera.
¿Pero habéis visto su semblante, que refleja tanta belleza?, quien la ha visto no responde a tanta hermosura impresa.
Guapa dirán cuando pases,
guapo también sus andares,
guapa y guapa la Virgen
que sale todos los Martes,
guapa dirán en la calle,
guapa dirán al mirarte,
guapa dirá toa’ la gente
que en guapura no hay quien te iguale,
y guapa dirán los costaleros,
y el cuerpo de capataces,
y guapa dirán los vecinos,
y el vendedor ambulante,
guapa dirá el pertiguero,
el músico, el aguaor,
guapa dirá el relojero,
los que portan las insignias y el cuerpo de nazarenos,
guapa los diputados de tramo, tallistas, saeteros,
el vestidor, las camareras, las abuelas, los abuelos,
pues en grito todos ellos quieren decirte guapa
pero no encuentran el momento.
Eres la hermosura Madre,
eres la Madre correcta,
del cariño eres la parte,
del amor, la predilecta,
del cielo eres la estrella,
y para Dios eres perfecta.
Y un día, el Dios Padre,
dirá a los ángeles del cielo
pensad cómo es la hermosura
y todos tendrán un dulce sueño
donde una imagen divina le hablará a todos ellos
y le cantará una nana para que se sigan durmiendo.
Y vean con nitidez ese rostro tan sereno
que tiene la Madre de Dios, que tiene la Reina del cielo.
Y poder decir al Padre, y poder decir al vuelo, que la hermosura está hecha,
que está en la tierra, que no en el cielo,
y todos los Martes Santos sale gloriosa al encuentro de todo su barrio entregado,
Angustias, guapa, a que te digan ¡te quiero!
A continuación le dejamos el enlace de descarga del Pregón pronunciado por Alejandro Redondo (grabación realizada por Álvaro Palacios)
