Los cambios que engrandecen al Santo Entierro
En una Semana Santa que a veces no admite cambios, que la tradición va por encima de lo práctico, la Hermandad del Santo Entierro fue valiente el pasado año presentando una serie de cambios de cara a su estación de penitencia y que este Viernes Santo había que someter a una reválida. Y aprobó con creces.
Los cofrades ya han adoptado el cambio de recorrido y contemplaron multitudinariamente las primeras calles del trayecto de la cofradía. No tanto así una vez que el cortejo deja atrás el Ayuntamiento y las representaciones civiles abandonan el cortejo.
Amén de ello, un mayor número de capirotes morados formaron parte de las filas nazarenas, señal inequívoca de cómo está volviendo a crecer paulatinamente, destacando especialmente el tramo de niños que aparecían en el primer tramo del paso de duelo.
El último cambio, el realizado este año, regresando por La Plata, Sol y Pérez Galdós, ha sido sometido a experimento, para elegir empíricamente qué trayecto de vuelta conviene y convence más.
El detalle: La diadema de la Virgen de la Soledad, una estampa de hace más de un cuarto de siglo. Bellísima la dolorosa del Viernes Santo a la que su vestidor ha sabido dotar de un estilo adecuado y perfecto.
Fotografías: Alejandro Calderón