Semana Santa 2011: Del calor del sol a la lluvia más amarga
Atrás hemos dejado ya una Semana Santa que pasará a la historia por lo negativo. Hasta cuatro hermandades alcalareñas tuvieron que suspender sus respectivas estaciones de penitencia por mor de la lluvia, hasta diez pasos se quedarían sin procesionar por las calles de la ciudad. Pese a ello, la semana dejó momentos para el recuerdo y llegó a tener un comienzo más que brillante, a la par que caluroso.
La Hermandad del Soberano salió a la calle en la que pudo ser su última estación de penitencia en el Sábado de Pasión. Si Palacio aprueba las reglas, el próximo año la corporación de Pablo VI procesionará por las calles de la ciudad en la tarde del Miércoles Santo. Es por ello, y pensando en el futuro, que la cofradía presentara un interesante y atractivo cambio en el recorrido: el regreso a la Parroquia de San Mateo no se realizaría por la calle San Sebastián, sino por la Cuesta del Rosario, para tomar por Padre Flores y volver a salir a Pepe Luces. Una trabajada revirá desde la calle Cristo del Amor para subir la mencionada cuesta hizo las delicias de los cofrades que abarrotaban, tanto desde las aceras como delante del paso cangrejeando, la cuesta.
Por otro lado, la Hermandad estrenó la penúltima imagen para el paso de misterio. La talla de Anás, situado en la trasera del paso, sentado en su butaca, viene a completar precisamente la trasera del paso, en la que aún queda por realizar otra imagen más.
Finalmente, ya pasadas la una de la madrugada el Señor del Soberano Poder realizaba su entrada en la Parroquia de San Mateo. Se ponía fin a una calurosa tarde de Sábado de Pasión que ya podría ser historia.
La eclosión de luz hizo del Domingo de Ramos un día sin parangón. Rosario y Borriquita ponían a sus titulares en la calle con un enemigo común: El calor. Las altas temperaturas dieron algún que otro susto entre las filas de nazarenos, problemas siempre subsanables con la eficacia de Cruz Roja y Protección Civil, que acompañaron en todo momento a las dos corporaciones. Por otro lado, el manejo de unos horarios tan ajustados como el que tienen estas corporaciones el Domingo de Ramos no trajo consigo los problemas de años anteriores, excepto los dos parones lógicos e inevitables que en la Plazuela y en Pérez Galdós, Rosario y Borriquita sufren respectivamente.
La Hermandad de la Borriquita abrió la Semana Santa con el habitual cortejo lleno de colorido e ilusión. La cofradía batió su récord de hermanos nazarenos en la calle, llegando a sumar un total de 330 nazarenos, de los cuales algo más de 70 formaban el primer tramo de niños con palmitas.
De esta manera, la corporación de San Agustín ponía la primera piedra hacia un año que se aventura histórico. La Hermandad cumplirá en el próximo mes de octubre el cincuenta aniversario fundacional, efemérides que se cerrará en 2012 con la conmemoración de 50 años de Domingo de Ramos en Alcalá. Pero la cofradía también está a las puertas de dar un paso al frente para continuar con la mejora incesante del patrimonio artístico. A priori, esta será la última Semana Santa en la que el paso del Señor procesionara aún sin terminar, ya que la canastilla no lucieron los respiraderos que pongan la guinda de la obra. En el paso de palio el cambio será igualmente más que notable. La Virgen de la Oliva lucirá en 2012 las bambalinas adquiridas a la Hermandad de la Sed, lo que dejó las últimas estampas de la Señora de San Agustín bajo su palio verde.
En los Salesianos, la Virgen del Rosario, titular mariana de la Hermandad del mismo nombre, nos trajo una de las estampas más bellas de toda la semana. La dolorosa salió ataviada con un tocado de tul, dándole un aíre distinto al que nos tenía acostumbrado cada Domingo de Ramos. Del mismo modo, la Virgen fue recibida en la Callejuela del Carmen con una gran petalada por parte del grupo joven de la Hermandad, cerrando de esta forma una inmejorable estación de penitencia.
Por su parte, el paso del Señor de la Oración en el Huerto fue exornado con un friso en el que predominaban los lirios morados, pero salpicado de rosas rojas, prescindiendo así de un exorno floral más “natural” como el de años anteriores, el cual era una mezcla de rosas rojas, lirios y cardos.
Si seguimos avanzando en los días de la Semana Santa llegaremos al primer día en el que una hermandad tuvo que prescindir de realizar su estación de penitencia dadas las condiciones climatológicas. La Hermandad del Perdón apuró lo que pudo el tiempo para retrasar todo lo posible una decisión a todas luces, lógica, a la par que triste. Su salida procesional, prevista para las 17:30 h., se retrasó media hora, momento en el que el hermano mayor, Antonio José Rodríguez, hizo pública la decisión: la Hermandad del Perdón no saldría a la calle en la Semana Santa de 2011. De esta manera, Alcalá se perdió una de las grandes novedades de la semana. La Virgen de las Angustias lucía corona, y no procesionaría con diadema, como lo ha realizado habitualmente. Una nueva imagen que hemos podido ver en contadas ocasiones, ya que la dolorosa del barrio del Instituto luce la diadema en su mayoría de cultos, tanto besamanos, como triduo o rosario de la aurora. Igualmente, la Virgen también iba sobre una nueva peana realizada por Juan Sánchez.
Y llega la noche del Martes Santo. La lluvia no había cesado nada más que en pequeños claros que no ofrecían seguridad alguna. Los cuerpos de los hermanos de esta hermandad clarisa están cansados, pese a no haber realizado su estación de penitencia. Ya no es hora de mermar el alma y atacar a la memoria. Se cumplen 25 años de un nacimiento, de una fundación, de un hito para un barrio. La Hermandad del Perdón está inmersa en la celebración de su 25 aniversario fundacional. Ahora la mente ya se fija en junio, por entonces, la Hermandad nos regalará una estampa con sabor añejo, ya que entonces el Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra Señora de las Angustias realizarán una salida extraordinaria, tal y como procesionaran en los primeros años de su existencia, con la Virgen a los piés del Señor crucificado.
Broche anticipado
Y vayamos hacia el Miércoles. ¿Quién iba a pensar que el último paso de palio de la semana lo veríamos en la noche del Miércoles Santo? La Virgen de la Esperanza puso el broche de oro a una Semana Santa que, como algunos pesimistas avisaban, iba a acabar en San Sebastián.
La Hermandad dispuso un exorno floral distinto al de los últimos años para el paso de Nuestro Padre Jesús Cautivo. Atrás se quedaron los lirios morados para dejar paso a los claveles rojos en el monte. Una estampa que no veíamos desde 2006, y que, a priori, venía a buscar una flor que conjugara mejor con el dorado del paso. Dorado, que por otra parte, cada vez se extiende más sobre la nueva canastilla del Señor, a la que le queda únicamente los costeros por dorar para concluir la obra.
En el palio la novedad la traía la banda. Por primera vez la Banda de Nuestra Señora del Sol acompañó musicalmente a la Esperanza, una banda que a priori posee un repertorio más “serio”, pero que cumplió con creces las exigencias y obtuvo muy buenas críticas del pueblo alcalareño. Y llegó el final, Enrique Pavón tocó por última vez el llamador y concluyó la Semana Santa de Alcalá en la calle.
Llegó la cuesta abajo. El Jueves Santo, la Madrugá y el Viernes Santo, los días en los que reside la Semana Santa más profunda en el corazón de Alcalá, las jornadas en el que las tradiciones vuelven a hacerse públicas, las horas en las que Alcalá se reencuentra con el Nazareno,se quedaron huérfanas de cofradías.
El Jueves Santo se metió en agua ya desde la misma mañana. Desde Sevilla las noticias se sucedían una tras otra, y todas en el mismo sentido: estaciones de penitencia suspendidas debido al mal tiempo. De esta manera, casi diez minutos antes de su salida procesional, la Hermandad de la Amargura anunciaría que no pondrían la cofradía en la calle. Posteriormente la Hermandad celebría un vía crucis en el interior del templo y abriría las puertas de la Parroquia de San Sebastián. La elegancia hecha cofradía no demostraría a la ciudad cómo hay que poner un cuerpo de nazarenos en la calle. Pérez Galdós no volvería a ser testigo de uno de los momentos más íntimos de la Semana Santa alcalareña.
Avanzamos pocas horas. El reloj hace poco que ha pasado la una y media de la madrugada del Viernes Santo y en Santiago, a minutos de que las dos campanadas suenen en la torre, la decisión se hace pública. Tampoco se esperaría hasta la hora de salida, no hacía falta alargar la espera mientras el agua caía incesantemente. Alcalá, en 2011, se quedaría sin poder rezarle a Jesús Nazareno por las calles de la ciudad. El Calvario no sería testigo un año más del buen hacer de San Juan al darle la noticia a la Madre del Socorro, Jesús no sería prendido por una cohorte de judíos, que más por la tradición que por el sentimiento, no harían de “malos” una vez más. Pese a todo, la Judea sí estaría durante toda la mañana del Jueves Santo recorriendo las calles de Alcalá. El tiempo no impediría que los judíos realizaran su tradicional vuelta por la ciudad para comenzar el Jueves Santo.
El Viernes Santo continuaría igual, si bien, veríamos una leve mejoría en cuanto a la cantidad de agua caída, era más que imposible salir a la calle con la Hermandad. Con esta premisas la junta de gobierno de la Hermandad del Santo Entierro se reuniría en un cabildo de oficiales previo a la hora fijada para la salida cuya decisión era única: la última Hermandad de la Semana Santa tampoco realizará la estación de penitencia. Los alcalareños más curiosos se quedaron sin poder observar la mejoría en el aspecto musical. Es constatable que varios hermanos de la corporación, preocupados por el acompañamiento musical de sus sagrados titulares, ponen cada año su empeño en buscar una banda de cornetas y tambores más acorde con el paso del Señor, con un estilo de marchas más clasico, y que del mismo modo, pretenden adecuar el repertorio de marchas tocados tras Nuestra Señora de la Soledad para hacerlo más acorde al carácter que una Hermandad que represente el entierro de Cristo deba tener, dejando a un lado los ‘Campanilleros’, ‘Caridades’, ‘Callejuelas’ y marchas similares.
Y aunque la Hermandad no salió a la calle, la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Sangre de la Hermandad de San Benito de Sevilla, encargada de acompañar al Santísimo Cristo de la Buena Muerte, interpretó varias marchas a las puertas de la capilla de la Hermandad, todo ello mientras la lluvia comenzaba a caer de nuevo en la Callejuela del Carmen, demostrando de esta manera que la decisión tomada era la correcta.
Sábado Santo. ¿Último año vacío?
En Alcalá estamos acostumbrados a que nuestra Semana Santa acabe con el Santo Entierro, pero a partir de 2012 este hecho puede no ser así. En Santiago, la Agrupación Parroquial de la Virgen del Rosario se encuentra inmersa en la ejecución de la nueva obra cristífera para nuestra ciudad: el Cristo de la Divina Misericordia, una talla cuyo pasaje iconográfico vendrá a completar lo ya existente en Alcalá, ya que el grupo escultórico, con un marcado carácter alegórico, representará el ofrecimiento de la muerte de Cristo para el rescate del género humano. Una talla que daría a la Agrupación, en un primer momento creada en torno a la figura de la Virgen del Rosario, un doble carácter de gloria y penitencia, siendo las primeras intenciones de la corporación las de procesionar con el Señor en la tarde noche del Sábado Santo, con un escueto recorrido,i mprimiéndole un carácter de seriedad al cortejo.
Sólo el tiempo nos dirá cuándo podremos ver por primera vez al Señor de la Divina Misericordia por las calles de Alcalá.
Y tocamos el final en el Domingo de Resurrección, el día grande para nuestra religión, momento de felicidad para el cristiano, pero momento de tristeza, paradójicamente, para el cofrade. En San Agustín podemos asistir a una bonita tradición, a la par que curiosa. Un joven cofrade como el que escribe estas palabras no recuerda ya desde cuándo el Señor Resucitado procesiona por las calles de la feligresía para anunciar su resurrección, pero en la parroquia siempre se han afanado para que Cristo, más que nunca, esté presente y nos dé la buena nueva. Año tras año y sin cejar en el empeño. Con el sol más radiante, ya olvidado por los cofrades, Cristo procesionó por las calles del barrio de San Agustín y cerró una Semana Santa que muchos cofrades querrán olvidar.