Jesús Nazareno preside hoy el Vía Crucis del Consejo de Hermandades
La portentosa talla de Jesús Nazareno presidirá esta noche el Vía Crucis de las Hermandades de Alcalá, organizado por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de la Ciudad, una cita especial que coincide con el 75 aniversario de la hechura de la talla, elemento que añade un carácter aún más especial a la celebración.
A las siete de la tarde se abrirán las puertas de la Parroquia de Santiago para dejar paso al cortejo que precederá a las andas que porten a Jesús, comenzando así el traslado hacia San Sebastián, parroquia desde la que se celebrará el vía crucis. El recorrido del traslado dejará estampas de una altísima belleza, y es que la cofradía tuvo a bien dibujar un trayecto de ida que recorriera las estrechas callejas de la feligresía. Así, tras abandonar la Parroquia, el cortejo buscará la calle Coracha a través de Orellana y Fernán Gutiérrez. Una vez superada la estrechez de Coracha desembocará en Pescadería, retomando aquí el recorrido que ya siguiera en 2006, esto es: Plaza Cervantes, Plazuela, Gutiérrez de Alba y Parroquia de San Sebastián.
A las ocho, Eucaristía en San Sebastián
Tras llegar a la parroquia de San Sebastián la talla de Jesús presidirá la celebración de la Eucaristía que dará comienzo a las ocho de la tarde, tras la que comenzará la celebración del vía crucis, 14 estaciones repartidas en el trayecto comprendido entre la propia San Sebastián, Gutiérrez de Alba, Plazuela, Nuestra Señora del Águila, Herrero y Parroquia de Santiago.
Estará prevista la entrada en su sede canónica y la finalización del rezo del vía crucis en torno a las diez y media de la noche.
El Señor irá ataviado con la túnica bordada que ya luciera en el año 2006, no siendo las andas las mismas que entonces, ya que para la ocasión, la corporación se ha afanado en remodelar las andas del paso de la Inmaculada Concepción que procesiona en el Corpus, a la que se le han añadido sendas maniguetas para ser portadas.
Asimismo, también irá ataviado con las nuevas potencias de oro donadas por un grupo de hermanos y que ya le fueran impuestas el Miércoles de Ceniza, cuando abrió con su besamano la Cuaresma alcalareña.